‘Asistir al retiro de XAMANA ha sido una de las decisiones más importantes que tomé este año. Solo puedo decir gracias: gracias por devolverme la esperanza, por recordarme que soy lo más valioso que tengo, y por abrirme las puertas hacia un camino lleno de nuevas oportunidades, cambios positivos y, sobre todo, amor propio. Además, fue un regalo conocer a personas que, desde su propia búsqueda, comparten el mismo deseo de crecer y expandir sus horizontes. Agradezco profundamente esta experiencia transformadora’.

‘XAMANA comenzó como un regalo y se convirtió en un viaje lleno de significado. Cada actividad, cuidadosamente diseñada y ejecutada, nos invita a conectar con nuestro ser, a explorar nuestras emociones y a desafiarnos en un proceso de aprendizaje que abre el corazón. Xamana es más que una experiencia; es un verdadero “apapacho”, una caricia profunda al alma. En este espacio, descubrimos la belleza de la introspección y el poder transformador de reconectar con nosotros mismos y con quienes comparten el mismo camino’.